DE DANEL AYESTA PARA: WWW.ELMEJORTENIS.COM
Juan Martín Del Potro se presentó en Rosario, más precisamente en el microestadio de Newell’s, para disputar un torneo de exhibición junto con Fernando Gonzáles, Eduardo Schwank y Horacio Zeballos. Lamentablemente, lo tenístico, pasó a un segundo plano a causa de un hecho llamativo que tuvo lugar al finalizar el partido entre Del Potro y “Feña” Gonzáles, que arrojó una anecdótica victoria para el tandilense por 6-4 y 7-5. Luego del partido, que ganó el argentino en dos sets, comentó: "Muchas gracias a todos por venir. Estoy muy contento de cerrar este gran año acá en Rosario. Para una ciudad del interior es mucho esfuerzo organizar una exhibición así y está bueno compartir esto con la gente del interior, porque yo también nací en el interior", sostuvo. Igual, todo cambió un rato después, cuando vivió un momento muy duro. El número 5 del mundo, cuando se encontraba en su vestuario, fue visitado por miembros de la barra brava del club rojinegro, que obligaron Delpo a entregarle indumentaria deportivo. El tandilense, asustado por el apriete, decidió entregarles una camiseta autografiada.
Aparentemente, de la barra accedió al espectáculo, pero a último momento los hinchas decidieron también visitar a la estrella del tenis; como es usual en su estilo, ingresaron sin oposición en una pequeña antesala del vestuario y allí encararon al número 5 del mundo. A Del Potro le pidieron algún recuerdo de su paso por Rosario y lo dejaron salir a la playa de estacionamiento, donde lo esperaba un automóvil para llevarlo al hotel oficial.
"Estaba todo espectacular hasta que entraron los barras. Fue un momento tenso, pero no hubo violencia; tampoco es que pidieron dinero ni nadie se los ofreció. Se conformaron con sacarse una foto con él y llevarse una remera. Obviamente fue un momento incómodo, pero Del Potro no se quedó enganchado con eso", señaló una fuente cercana al tandilense sobre lo sucedido. Después de la exhibición, el campeón del US Open comenzó de inmediato sus vacaciones.
El presidente de Newell´s, Guillermo Lorente, se habría comunicado con Del Potro para pedirle disculpas. Desde la organización de la exhibición se indicó que se contrataron 70 controles para el espectáculo, pero la seguridad igualmente falló. Y si bien esta barra brava no actúa con la violencia que ejercía la que encabezaba Pimpi Caminos durante la gestión del ex presidente Eduardo López, la actual, igualmente se mueve con soltura por el club.
Más allá de los errores en la seguridad, resulta extremadamente llamativo la facilidad de desplazamiento y la impunidad que tuvieron los barrabravas para desplazarse en un espectáculo ajeno a su ámbito habitual, el fútbol. Y lo que era una celebración, por las poquísimas veces que se puede ver en acción a Del Potro en nuestro país, quedó empañado por la irrupción de un grupo que no parece conocer límites.
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domingo, 6 de diciembre de 2009
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