A priori del comienzo de Indian Wells, nadie apostaba por él. Su seudónimo, Ivan “El terrible”, había sido olvidado por muchos a causa de los pocos resultados positivos. Sus últimos antecedentes no eran tan bueno como para pensar que podía llegar a su primer título de Master 1000, dejando en el camino a grandes jugadores como el caso de Novak Djokovic y Rafael Nadal. Con estas victorias, sumada a la conseguida frente al norteamericano Andy Roddick, demostró que a sus 31 años todavía tiene mucho que dar. Hacía rato largo que no se hablaba de él. Después de haber obtenido la ensaladera de plata en el 2005, comenzaba a obtener buenos resultados unos meses posteriores. En enero del 2006 arrancó con el empujón del año anterior y conquistó el título de Madrás en la primera semana del año. Luego alcanzaría los cuartos de final del Abierto de Australia (perdió con Marcos Baghdatis ) y su tercera final de Masters Series en Miami (cayó ante Roger Federer ). Por primera vez, en su carrera, llegó a una semifinal de Grand Slam en Roland Garros donde perdió ante el imbatible en polvo de ladrillo, Rafael Nadal. Gracias a estos buenos resultados, el croata lograba meterse entre los 3 mejores jugadores del mundo. Luego llegó el descenso, que se agudizó cuando se tuvo que dedicar a sus tareas de padre primerizo. Se adjudicó algunos certámenes más: Doha, Hertogenbosch y Lyon, pero el nivel no era el mismo. En junio del 2009, Ljubicic llegó a figurar como número 75 del mundo. A esa altura, ya había elegido retirarse del equipo de la Davis. Pero el talento dijo presente en el certamen estadounidense de Indian Wells. Se quedó con el torneo y eso que tuvo enfrente a peces gordos como el caso de Novak Djokovic y Rafael Nadal. A uno lo saco en sets corridos y con el otro tuvo disputar tres reñidos parciales que finalizaron con un festejo digno de un jugador no acostumbrado a dar grandes sorpresas. “Esto me demuestra que todavía soy joven y con posibilidades de nuevos triunfos”, dijo el croata al finalizar el partido frente a Nadal. Todavía faltaba la frutilla del postre. Habiéndole ganado a “Nole” y al “Matador”, no podía achicarse frente al bombardero estadounidense. Su saque fue su arma letal durante todo el certamen. Llegó a sumar 87 aces y en la final conectó nada más ni nada menos que 21. Su capacidad para afrontar los momentos difíciles fue clave. En la definición frente a A-Rod, sumó la misma cantidad de puntos que su rival. Además, estuvo a punto de ser quebrado tanto en el primero como en el segundo parcial. Pero tuvo aquello que suelen tener los jugadores experimentados: la suficiente personalidad para hacerse fuerte en los momentos difíciles.
Por delante, se vendrá un torneo muy importante como lo es el de Miami, que tendrá como ausencia significativa al argentino Juan Martín Del Potro. Será la posibilidad de demostrar que su victoria en Indian Wells no fue casualidad. Por lo pronto, Ljubicic, ya no es más el ex número tres del mundo, volvió a ser Ivan “El terrible”.
miércoles, 24 de marzo de 2010
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